Maureen Murdock estuvo hace poco ofreciendo un taller muy interesante en el Institut Gestalt. Discípula de Joseph Campbell, terapeuta familiar y consultora educacional entre otros, es la creadora del mapa del proceso de individuación femenino.

Para las que no estén familiarizadas con el concepto de individuación Carl G. Jung lo define así:

«Individuación significa llegar a ser un individuo y, en cuanto por individualidad entendemos nuestra peculiaridad más interna, última e incomparable, llegar a ser uno Mismo. Por ello se podría traducir individuación también por mismación o autorrealización

Hasta ahora, el proceso de individuación tenía su referente en las historias de los héroes que atravesaban pruebas y aventuras lejos de sus hogares para, después de un largo tiempo y diversas vicisitudes, regresar al hogar habiendo conseguido un tesoro o premio y transformado (mitos como los de La Odisea y la novela artúrica al completo son algunos ejemplos).

Murdock trabaja con mujeres y se da cuenta de que el mapa del viaje masculino hacia la individuación no funciona con ellas, así que propone a Campbell una nueva idea. La diferencia entre los procesos que ella ve está en que mientras que el viaje del hombre es hacia el exterior, hacia fuera, la mujer debe realizar un viaje interior.

La autora de La mujer: un viaje heroico explica que la mujer se separa de sí cuando se vuelca en el mundo exterior, de manera que olvida sus propios deseos y necesidades. Por lo tanto, «el viaje de regreso al hogar» en su caso es hacia sí misma, es interior.

Así pues, ambos procesos tienen en común diferentes etapas, con la diferencia del enfoque externo e interno. Las etapas comunes generales son:

separación del hogar – iniciación – enfrentar pruebas – encontrar la bendición – viaje de retorno el hogar

Las etapas específicas del viaje de la mujer:

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– El alejamiento de lo femenino: cuando la mujer busca su identidad dentro de la cultura y del mundo masculino
– Las pruebas del camino: donde enfrenta los mitos de la inferioridad femenina, la dependencia y el amor romántico
– El descenso: Un período de inmersión en su interior en busca de los pedazos perdidos

– La iniciación
– El anhelo de reconectar con lo femenino: un proceso de reconciliación con su cuerpo y su sexualidad
– La sanación de la ruptura madre-hija: el reencuentro con la naturaleza profunda de lo femenino
– Arquetipos femeninos: diosas oscuras y diosas luminosas
– La sanación de lo masculino herido: cuando la mujer integra las partes heridas de su masculino interno
– El matrimonio sagrado: un proceso que ocurre a medida que aprende a integrar y equilibrar todos los aspectos de sí misma

En palabras de la autora:

«La heroína tiene que convertirse en una guerrera espiritual. Esto exige que aprenda el delicado arte del equilibrio y tenga la paciencia para permitir la lenta y sutil integración de los aspectos femenino y masculino de sí misma. Primeramente anhela perder su ser femenino y fundirse con lo masculino, y una vez que lo ha hecho, empieza a darse cuenta de que esto no es ni la respuesta ni el fin. No debe descartar ni renunciar a lo que ha aprendido a través de su búsqueda heroica, sino que debe aprender a ver lo que con tanto esfuerzo ha aprendido y logrado, no tanto como una meta, sino como una parte de todo el viaje. Entonces empezará a usar estas habilidades que ha aprendido para la obra más ingente de unir a los demás, en lugar de usarlo para su propio beneficio personal. Este es el matrimonio sagrado de lo femenino y lo masculino: cuando una mujer puede servir de verdad, no sólo a las necesidades de los otros, sino a la vez responder y valorar las suyas propias.»

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